Cuando nos lanzamos a la aventura de conocer nuevos destinos, casi siempre recorremos los mismos sitios turísticos que visita el común denominador de las personas: las plazas, monumentos, parques de atracción, centros comerciales, en fin, lugares que nos permiten conocer la ciudad o el estado que estamos visitando. Sin embargo, existen ciertos rinconcitos que piden a gritos ser descubiertos y admirados, como el caso de la finca Yegua Blanca.
Nos situamos en los páramos merideños a 2 mil metros de altura aproximadamente, específicamente en el sector de Tabay. Para llegar a este lugar se necesita un rústico 4x4, o simplemente la voluntad para caminar alrededor de
Después de una caminata un tanto agreste finalmente llegué a la casita de Sylvie y Jacky, una pareja de franceses que cuidan y aman a esta tierra más de lo que podamos imaginar. Me esperaban con pan casero y una fresca mermelada de fresas que aún saboreo cuando recuerdo este viaje. La idea de esta aventura era aprender a cabalgar y es que este matrimonio apasionado por los caballos enseña a sus huéspedes este interesante hobby. Ellos se encargan de entrenar, criar y cuidar a estos animales, así como del mantenimiento de las sillas, la calzada de herraduras entre otros menesteres propios de este oficio, además hablan francés, alemán y español.
En un día me convertí en jinete haciendo un recorrido por el Valle de
Para los más osados y con ansias de experimentar nuevas emociones existen excursiones largas que incluyen paseos por
Si decide tomar parte de esta travesía recuerde que se necesita mucha voluntad y ser un jinete con cierta experiencia; pero si usted va por primera vez, entonces le recomiendo que tome el tour de un día, de seguro tendrá unas vacaciones distintas junto a su familia.
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